En este mundo donde el cambio se ha convertido en el único elemento estable, la flexibilidad es una de las competencias básicas que los profesionales deben desarrollar.
Nos podemos preguntar ¿qué es una mente flexible? La respuesta es aquella mente que puede fijarse en la excepción de la regla, que se aleja de los extremos, que sabe ser empática, y sobre todo, que es humilde, reconociendo las propias limitaciones.
La flexibilidad se muestra a través de las respuestas que damos a las diferentes situaciones en las que nos encontramos y está directamente vinculada con una emoción: El miedo.
A más miedo, menos flexibilidad. Por el contrario, la flexibilidad aumentará con estados de ánimo positivos.
Es bueno preguntarse:
- ¿Qué me digo (pienso) ante esta situación?
- ¿Qué siento ante esta situación?
Con estas preguntas podré empezar a tomar consciencia de mi nivel de flexibilidad.